Nunca te acerques a hombres de peras
pronunciadas: huelen bien, parecen buenos, sus orejas tienen aroma a caramelo y
flores orientales. No mires sus maxilares, su quijada, su boca, porque estarás
perdida. Si hueles alguna de estas características, corre hacia el lobo más
próximo, pídele una bala de plata y termina con tu vida.
2.12.13
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